Vaya, que llegas a casa con hambre y te encuentras que, por tu imprevisión, no hay nada para comer. Nada que no sean unos espaguetis que quedaron cocidos de la cena de ayer, pero espaguetis sin más. Te pones de unos malos humos...

Pasado el primer mosqueo decides que esa pasta, con un poco de aceite de oliva, ajo, guindilla y queso va a resolver de forma sobresaliente el problema, pero cuando vas en busca del queso caes en la cuenta de que tienes queso de San Simón da Costa muy curado e ideal para rayar (un trozo que quedó olvidado hace meses y ahora está muy, pero que muy curado), pero también San Simón tierno y el tradicional jamón de Vilalba, curado con humo de roble.

La perspectiva cambia y los espaguetis van a la mesa en compañía del jamón vilalbés, el queso tierno de San Simón fundido y el queso curado, también San Simón, rallado por encima. Al terminar la comida te aplaudes a ti mismo y te prometes que no será la última vez.

Para la receta necesitamos espaguetis cocidos, ajo en polvo, jamón serrano ahumado, queso de San Simón con un año de curación, queso de San Simón tierno, aceite de oliva y sal.

Poner aceite de oliva en un sartén y, antes de que esté demasiado caliente, añadir los espaguetis, el ajo en polvo y el San Simón tierno rallado grueso o cortado en tiritas. Salar ligeramente (el jamón ya está salado) y remover hasta que el queso se funda. Añadir entonces el jamón cortado en trocitos, mezclar con el resto de ingredientes y retirar del fuego para evitar que el jamón se endurezca. Servir inmediatamente acompañado del queso curado de San Simón, finamente rallado.